Estoy sentada en el avión y delante de mí va una señora que transporta una mochila-jaula con una RATA dentro. No es ni un gato ni un perro. Ni siquiera es un hurón, como el que llevaba un actor de Gossip Girl cuando, hace más años de los que me gustaría, me lo crucé por el aeropuerto de L.A. (y le pedí una foto porque me pareció cool). Lo que aquí porta la señora es una RATA. RA-TA. Hace unos minutos, en el control, me han quitado un bote de Voltarén porque superaba los 100ml. permitidos.
RATA 1 — 0 VOLTARÉN.
Si en vez de una señora random con cara de regentar una bodega en La Rioja, la rata fuese transportada por Quim Gutiérrez (por poner un ejemplo) ¿me parecería cool?
Señores pasajeros, abróchense los cinturones, que vamos a despegar.
Ayer fue la presentación del libro y hoy me he despertado con dolor de garganta, un tobillo hinchado y mucha resaca emocional (resaca física también, porque tengo una edad y beberse cuatro vinos con el estómago vacío a golpe de lunes, se nota, pero ese es el más leve de mis síntomas).
Estoy tan contenta que hago caso omiso de esos dolores y nada más abrir el ojo, me voy al gimnasio con una chaqueta más fina que la tela de una araña. Me duele la garganta y tengo un tobillo hinchado, repito, pero ni siento ni padezco. En realidad siento muchísimas cosas, pero la parte del alma que se encarga de sentir, está ocupada por sentimientos de euforia y felicidad. Aforo completo. Aquí no hay sitio para más, vállase usted a otro bar.
Llega la noche y estoy agotada física y mentalmente, como cuando terminé el último examen de la carrera. Me acuesto feliz y duermo como un tronco.
10/05/2023 – miércoles.
Me duele el tobillo y la garganta, pero voy a ir a correr porque soy así sigo eufórica y necesito tranquilizarme; además, correr todo lo cura.
Después de 40 minutos dándole a la zapatilla por El Retiro, tengo que volver a casa andando. El tobillo me duele MÁS (¡Qué sorpresa!).
Cruzo cojeando la calle Alcalá y me encuentro con el edificio dónde hace 35 horas fui tan feliz ¿Qué habré hecho en ese lugar para que me duela el tobillo de esta manera? —pienso— ¿Habrán sido los tacones? No creo, me los pongo cada fin de semana para desgastar las pistas de baile y nunca me lesiono ¿los nervios? ¿Los cuatro vinos de después? ¿Me habré torcido el tobillo sin darme cuenta porque estaba piripi de emociones? Un poco de todo, probablemente.
Correr todo lo cura excepto hoy, que correr ha sido un poco todo LOCURA. Me duele mucho el tobillo y está más hinchado. Esto se arregla con unos estiramientos cuando llegue a casa. Sigo recibiendo mensajes bonitos por lo del lunes. Eso sí que todo lo cura. TODO. Tengo un poco de tos.
13/05/2023 – Sábado.
El tobillo está mejor y ya no tengo tos. No voy a correr todavía, pero necesito hacer deporte porque me subo por las paredes, así que me voy a la piscina. Nado a braza como una rana 1600 metros en 40 minutos; si lo hago a croll me duele el tobillo y además, no sé. Tampoco sé si he hecho mucho o poco, pero estoy como nueva. En la piscina no hay ni música ni distracciones, solo estamos yo y mi otra yo. Me pregunto que qué tal estoy y me respondo que todo en orden, todavía arrastro coletazos de resaca emocional y eso es bueno. Ojalá arrastrarlos durante una buena temporada. Esta tarde me voy a La Coruña, así que entre brazada y brazada también hago la maleta mentalmente No te olvides las llaves como la última vez, ¡amiga!
Tengo hambre y hago memoria de lo que me puedo preparar con lo que tengo en la nevera. Gazpacho y tortilla de patata, decido. Combinación perfecta hasta que recuerdo que ayer por la noche, cuando llegué a casa, me devoré un paquete ENTERO de galletas Chips Ahoy marca blanca Carrefour con un Cola Cao, así que hago unos cuantos largos más y le propongo a mi otra yo cambiar el menú: ¡Gazpacho y piña es lo que te mereces, niña!
Llego a casa y me hago la tortilla ¡es que se van a estropear los huevos y las patatas! La verdad es que me caigo bien. Soy simpática cuando quiero y con quién quiero.
Ayer fue uno de los días más emocionantes de mi vida, y ahora que ya se me empieza a pasar la resaca emocional y lo estoy digiriendo, no quiero dejar de dar las gracias.
Gracias Isabel Durán por tu cercanía; me impresionó tu seguridad y destreza para hilar los temas y convertir la presentación en un diálogo entre amigos.
María García nos habló desde el corazón de la importancia de la inclusión de las personas con discapacidad en el mundo laboral y nos tocó la patata a todos. Ella fue como el lazo que envuelve un regalo y que lo hace aún más bonito.
Vicente del Bosque nos demostró que a cada cosa hay que darle la importancia que tiene y que antes que campeón del mundo, es padre y no puede estar más orgulloso de su hijo Álvaro; no es para menos.
Gracias también a la familia de Ediciones Tutor por tirarse a la piscina con nosotros desde el día en el que les pusimos sobre la mesa las 20 primeras páginas del borrador del libro.
Tita, Juanro, Bosco, habéis demostrado que términos como compromiso, unión, cariño, fuerza, generosidad, forman parte de vuestro ADN; sin vosotros este libro, que sin duda ya ha cambiado muchas miradas, no existiría. Me habéis hecho el mejor regalo depositando vuestra confianza en mis letras.
Gracias Espacio Abante por vuestra generosidad al acogernos con tanto cariño.
Y por supuesto, gracias a nuestras familias y amigos. Hoy en día el tiempo libre es oro y que ayer dedicaseis un ratito de ese tiempo para venir a vernos, leernos y mandarnos mensajes de cariño es alucinante.
Creo que entre todos convertimos la presentación del libro en un acto muy único. Ayer fue flipante ¡Y eso que era lunes!
¡Ahora todo el mundo a comprar el libro en vuestra librería de cabecera o pinchando aquí!
En Jerusalén hubo otra Palo, Paloma la piadosa (en hebreo יונה החסידים ). Una mujer extremadamente compasiva porque se empeñó en enseñar que había que perdonar a todas las gentes que hacen ghosting (después de vaciarles tres botellines de cerveza en la cabeza —el 3 es el símbolo de la Divina Perfección—). De voluntad inquebrantable, fue la primera Influencer que no huyó de la ciudad tras comprobar que no había wifi, azuzando a su vez la conversión de sus amigos al instagramismo a su regreso a España. Imposible competir con ella en bondad.
Todos deberíais conocer Jerusalén, sobre todo si os lo enseña Félix. Aquí os dejo unas bellas postales que no le hacen justicia.
—Qué calor hace. —Ya ves, miedo me da cuando lleguemos a julio. —A este paso no llegamos, necesitamos que llueva. —La verdad es que sí y parece que la semana que viene será aún peor, ¿eh? —Pues por ahora no tiene pinta de llover, desde luego. —Cierto, a ver qué pasa. Bueno, me voy rápido que esta tarde me monto en el coche y pongo rumbo a Marbella, no quiero coger tráfico ¿Tú te vas a algún lado estos días? —Me voy mañana a Santander, más fresquito, espero. —Seguro que sí ¡disfruta! —Tú también, nos vemos a la vuelta.
((Aplíquese también a conversaciones de vestuario, autobús, taxis, cola del supermercado o incluso semáforos)).
*A mi look de hoy lo llamaremos: “Cómo intentar volver a casa con dignidad y sin achicharrarme desde el gimnasio” y como me daba vergüenza ir así por la calle, me he pasado los 20’ del camino mirando el móvil y escribiendo este texto que no sé si tiene sentido. Por lo menos no he chocado con el mobiliario urbano. Todo en orden.