Para mi cabeza, cada día es el Día de la Cerveza, pero eso ya es genética.
Tan nutritiva que me hace sentirme viva. Todoelrato.
Cuando estés triste pide este diurético mágico. Imposible resistirse al amargor del primer trago. Como lo goza mi boca. Y esa caña tan bien tirada, Que perfectos círculos deja en la copa,
Me pregunta el fisio que si he estado corriendo con el menhir la piedra de Obelix cargada sobre la espalda o qué.
—Yo pensaba que las molestias que tengo en la espalda eran mis alas de angelito, que me estaban saliendo.
—De alas nada, el David de Miguel Ángel tiene más ligereza que tú.
—Me duele un poco más abajo… Ahí, ahí… UF! Ay, ay, ay. Creo que me estoy mareando.
Si es cierto eso que dicen de que quién bien te quiere, te hará llorar, mi fisio tiene que estar colado por mí.
Una vez termina con mi espalda por hoy, pasamos a las piernas. Me aprieta los lumbares y se me mueve el juanete dedo gordo del pie. Me estira el gemelo y me palpita el tobillo.
—¡Yo pensaba que estaban duras porque estoy fuerte!
—Están más rígidas que la herradura de un caballo, Paloma ¿duele?
—El que esté libre de dolor, que tire el primer menhir la primera piedra —respondo mientras cierro los ojos y me muerdo el labio fuerte.
CUARENTAYCINCOMINUTOS de sufrimiento después, salgo de la consulta llena de cintas de colorines pegadas al cuerpo y un poco dolorida, pero más ligera. De camino a casa, me acuerdo de cada uno de mis ex novios y llego a una conclusión: