Nada mejor que despertarse una mañana de marzo, totalmente descansada y descubrir que un osado rayo de sol entra por la ventana, para darse cuenta de que la primavera ya casi está aquí, acechándonos detrás de un cerezo.
Yo a esta primavera le pido lo mejor para los míos y para los tuyos. Le pido un baño de espuma, comprar flores sin motivo y unos gin tonics en una terraza de Madrid después de comer. Le pido también que las pesadillas no se hagan realidad y que solo se cumplan los sueños bonitos.