—Qué calor hace.
—Ya ves, miedo me da cuando lleguemos a julio.
—A este paso no llegamos, necesitamos que llueva.
—La verdad es que sí y parece que la semana que viene será aún peor, ¿eh?
—Pues por ahora no tiene pinta de llover, desde luego.
—Cierto, a ver qué pasa. Bueno, me voy rápido que esta tarde me monto en el coche y pongo rumbo a Marbella, no quiero coger tráfico ¿Tú te vas a algún lado estos días?
—Me voy mañana a Santander, más fresquito, espero.
—Seguro que sí ¡disfruta!
—Tú también, nos vemos a la vuelta.
((Aplíquese también a conversaciones de vestuario, autobús, taxis, cola del supermercado o incluso semáforos)).
*A mi look de hoy lo llamaremos: “Cómo intentar volver a casa con dignidad y sin achicharrarme desde el gimnasio” y como me daba vergüenza ir así por la calle, me he pasado los 20’ del camino mirando el móvil y escribiendo este texto que no sé si tiene sentido. Por lo menos no he chocado con el mobiliario urbano.
Todo en orden.
