Hoy hace 15 días que me operé, bueno, me operaron, que aunque yo soy muy apañá, no me veo capacitada para nada que no sea hacerme una escabechina auto-operarme una espinilla rebelde. Mientras me ponían la anestesia, mi cirujano (que es un ángel) me dijo: “Piensa en algo bonito que quieras hacer cuando te recuperes” y yo le dije: “IBIZA”; los médicos se rieron: “¿Estás pensando en irte a Ibiza a tomar copas? ¡Qué buen plan!” Yo, que ya estaba más dormida que despierta, respondí: “Estoy pensando en nadar en el mar turquesa, si además me traen un gin tonic, pues mejor. Ahora cuidadme mucho”. Cerré los ojos, se bajó el telón y mi ángel en la tierra (a.k.a. el cirujano) procedió a ejecutar su trabajo y ME CURÓ.
Cuando me despertaron refunfuñé porque estaba soñando con una playa maravillosa, un mojito y nada más, “Pero ¿por qué me sacáis de este paraíso con lo relajada que estoy?”. Dejé de refunfuñar en cuanto escuché en la lejanía a un señor que me decía: “Ya ha pasado todo, Palo, ha salido genial”. Ese señor era mi padre ❤️
Dos semanas después yo ya estoy estupenda. Han sido 15 maravillosos días de rápida recuperación, en una semana ya podré volver a correr y dentro de 20 días… ¡apaga y vámonos! (A Ibiza, por supuesto).