#CUARENTENA #1

Hola fanes:

Día 3 de reclusión: me he dado cuenta de que yo no era una bebedora social.

Redacto este post no sé si a modo de carta o diario. Tampoco sé si está dirigido a mí misma, a vosotros o al corona. Qué más da. Creo que voy a tener mucho tiempo para escribir, aunque he de decir que este finde no he parado y eso que #yonohesalidodecasa ni pienso hacerlo salvo necesidad, pero me he dedicado a hablar por teléfono, cocinar, quedar con mis amiguis para ponerme piripi tomarme una cerve vía FaceTime, leer, hacer ejercicio en casa, ir a la peluquería a cortarme las puntas, salir a la ventana a aplaudir y agradecer a los verdaderos héroes de bata blanca, llevar el pijama a la tintorería, escuchar música, hablar con Alexa, descubrir que me gusta el jazz… ¡qué ajetreo! De hecho me sorprende que solo he visto 2 capítulos de La Casa de Papel, casi ni he encendido la tele.

Esto último, lo de NO encender la tele, lo he hecho a propósito. Ha llegado un punto en el que, además de aislarme para cuidar mi salud física, necesitaba aislarme para proteger mi salud mental. Los medios tienen que informar, pero recibir tanta info llena de cifras que suben, hacía que mi estado de ánimo bajase. Resultaba agotador. Ahora, aunque estoy informada (imposible no estarlo), ya no estoy sobresaturada. Os aconsejo aislaros también en ese sentido.

Por otro lado, me estoy dando cuenta de que en España, sentido común tenemos poco (solo hay que ver las zonas de playa del país), pero sentido del humor tenemos todo el del mundo. No quiero que suene frívolo, pero estoy entrenando mis abdominales a base de reírme viendo memes. Tenemos que agradecer que esta reclusión y esta guerra contra el enemigo invisible nos haya tocado en la era de las RRSS.

Hablando de la reclusión, hay gente a la que le puede agobiar quedarse en casa. A mí me gusta estar en casa. Tengo la suerte de estar a gusto, cómoda y feliz aquí dentro, pero sé que hay gente que no lo está. A esa gente, la animo a que piense en esas personas que no pueden quedarse en casa porque tienen que ir a trabajar y a exponerse directamente al bicho, me refiero al personal sanitario, pero también a las personas que trabajan en el supermercado, pequeñas tiendas de alimentación, farmacéuticos (son personal sanitario, pero me parece importante nombrarlos aparte porque se nos olvidan), policía y muchos otros que seguro me olvido (¿al parecer también peluqueros y tintoreros?). O en gente con enfermedades crónicas que tienen que pasar largas temporadas en casa mientras los demás estamos en Formentera comiéndonos unos huevos fritos con langosta. Sé que las personas con hijos pequeños están UN POCO desquiciadas también. No tiene que ser fácil aguantar a las fieras recluídas, pero la solución es quedarse en casa, hay que asumirlo. Tenemos que cuidar de nosotros mismos, para a su vez, cuidar de los demás. Ahora, más que nunca, nos viene de perlas el dicho de ‘mal de muchos consuelo de tontos‘.

Yo por mi parte, iré compartiendo cosas que hago en casa por si a alguien le ayudan. Para empezar, podéis leer y compartir mis posts 🙂

¡Hasta pronto amiguis!