EL ARTE DE HACER LA MALETA.

¡Ay Dios Mío! Mañana me voy a Madrid a pasar el fin de semana y todavía no he empezado a hacer la maleta. Podéis reiros, pero para mí es un drama DRAMÓN. Tengo que llevar el outfit adecuado para cada ocasión, ¿y si surge un plan tipo Ascott y no tengo un modelito con pamela?, ¿Y si me invitan a un spa y no he llevado bikini porque es febrero y no contaba con lucir palmito?, ¿Y si conozco a la Duquesa de Alba y me convida a una fiesta en su palacio? Sería maravilloso poder meter mi armario en la maleta, pero no es posible, así que me he documentado y he sacado en claro lo siguiente:

1. La maleta no se llena de ropa, se llena de ‘porsiacasos‘.
2. Hacer la maleta es como comerse un pimiento de Padrón, puede salirte bueno, o puede salirte guindilla; hasta que la abras no lo vas a saber.
3. Hay que poner lo más pesado (pantalones, abrigos, neceser…) debajo. Y yo me pregunto, ¿qué pasa cuando llevo la maleta de pie, sobre las rueditas? Ley de la Gravitación Universal de Newton, al final parece que mi ropa ha estado de jolgorio todo el viaje y lo que debería de estar debajo se ha liado con la camisa de ‘seda #madeinZara’ recién planchada que estaba encima.
4. Los huecos de los zapatos hay que llenarlos de cosas (ABSTÉNGANSE PERSONAS A LAS QUE LES HUELAN PIES).
5. Haber jugado al Tetris en tu tierna infancia te da cierta ventaja sobre el resto en esto a lo que llaman “Art of packing”, y no me refiero a que los errores se acumulan y los aciertos desaparecen, sino a que primero hay que colocar todo lo que pretendemos llevar encima de la cama, para después comenzar a arrojar distribuir la ropa por la maleta encajándola en cada hueco.
6. No te olvides del cargador del móvil, es fundamental que tengas batería durante todo el viaje para poder actualizar las Redes Sociales y que todos tus contactos estén enterados de tus planes.
7. Mirar un tutorial en youtube, porque si hay tutoriales sobre “Cómo abrir una puerta”, también los hay sobre “Cómo hacer una maleta”.

Total, que para preparar la maleta perfecta una rubia mujer tiene que estar con los cinco sentidos alerta. Así que antes de empezar a jugar al Tetris, decidir qué llevo a casa de Cayetana de Alba y de qué color me pinto las uñas, voy a tomarme un plato de lentejas, porque las grandes decisiones se toman mejor con el estómago lleno.

**La rubia de la foto es de aquí, pero podría ser yo, un día cualquiera, dirigiéndome al aeropuerto r, lo típico.