FUTURO [IM]PERFECTO

El futuro es ese lugar en el que vamos a pasar el resto de nuestra vida, por eso ella está bastante preocupada; dice que su futuro debe de estar escrito con letra de médico porque no está nada claro.

Está cansada de escuchar la frase de ‘no me puedo quejar, por lo menos tengo trabajo’. Ella sí se queja. Se queja porque tiene 29 años y su sueldo no alcanza las cuatro cifras. Se queja porque no puede hacer ese viaje que tanto le apetece porque tiene que pagar el alquiler del piso, la factura del móvil, el abono de metro, hacer un poco de vida social, comer y vivir con el ridículo sueldo de TRES CIFRAS que le paga esa empresa en la que desempeña un trabajo que NO LE GUSTA. Se queja porque pertenece a una generación pre-parada. Ella, que nada tiene que ver con este despropósito al que hemos llegado y que lo único que ha hecho ha sido estudiar, vender ropa para poder irse a aprender idiomas, y servir copas para poder seguir estudiando.

El día menos pensado venderá las cuatro cosas que tiene y se comprará una furgoneta Volkswagen, la pintará de rojo o morado con flores y se irá a hacer kilómetros. Venderá pulseritas tobilleras en las playas, dormirá después de ver el amanecer y lo hará hasta que su cuerpo diga buenos días, tirará el móvil por un acantilado y quemará todo lo que tenga que ver con curriculums, cursos y trabajos. A él se lo llevará con ella.

Y es que ella no duerme, ella sueña.