
Estoy sentada en el avión y delante de mí va una señora que transporta una mochila-jaula con una RATA dentro. No es ni un gato ni un perro. Ni siquiera es un hurón, como el que llevaba un actor de Gossip Girl cuando, hace más años de los que me gustaría, me lo crucé por el aeropuerto de L.A. (y le pedí una foto porque me pareció cool). Lo que aquí porta la señora es una RATA. RA-TA. Hace unos minutos, en el control, me han quitado un bote de Voltarén porque superaba los 100ml. permitidos.
RATA 1 — 0 VOLTARÉN.
Si en vez de una señora random con cara de regentar una bodega en La Rioja, la rata fuese transportada por Quim Gutiérrez (por poner un ejemplo) ¿me parecería cool?
Señores pasajeros, abróchense los cinturones, que vamos a despegar.