Hoy en razones para amar Galicia y el norte en general, os traigo… ¡Qué bien se duerme en el norte!
Es automático. Aterrizo en La Coruña (ya os conté aquí que el AVE, por ahora no es lo mío), me sumerjo debajo de mi nórdico y duermo como un lirón y del tirón. En mis sueños, visualizo la película de mi vida con su protagonista (yo) revolcándose por una pradera de felicidad.

Al día siguiente, cuando abro el ojo —entre las 7:15 y las 8:30 a una hora indeterminada que no considero ni demasiado tarde, ni demasiado temprano— me siento más fresca que una lechuga de pueblo; me despierto con la sensación de que se acaba de inaugurar el mundo y comprendo cuánto mejora la vida durmiendo bien.
¡Qué bien se duerme en el norte! Me repito más que el ajo, aburro a las vacas, lo sé, pero no puedo evitarlo. Esta frase ya se ha convertido en el lema que conduce mi vida e intento divulgarlo siempre que puedo:
En el gimnasio:
—Hola ¡Buenos días! Hoy voy a subirle 5 kilos a las mancuernas, que he estado el fin de semana en La Coruña y he vuelto súper descansada y llena de energía… ¡Qué bien se duerme en el norte!

En la pescadería:
— Hola, ¿qué tal? Póngame un pulpo, por favor. Pero que no sea marroquí, ¿eh? Soy gallega y tengo el paladar muy fino.
—¿Es usted gallega? Me encanta el pulpo a feira…—suele responder risueño el pescadero ¡Qué bien se come en el norte!
—Tiene usted razón, se come genial y ¡no sabe lo bien que se duerme! Deme mi pulpo, por favor.

En mi mail, cuando estoy de vacaciones y programo la contestación automática, el mensaje es el siguiente: Estoy de vacaciones, ¡probablemente durmiendo en el norte!

Sin embargo, algo que me perturba demasiado es que cuando vuelvo a Madrid, esa sensación de bienestar se esfuma y muchas noches duermo a trompicones. Yo intento autoengañarme antes de dormir tomándome una infu relax mientras leo en la cama, pero con la infu relax nos la quieren colar como en su día nos colaron con la Power Balance (la pulsera esa que nos iba a mejorar la vida). Y no hay manera. Mi reloj interno se despierta cada 3/4 horas.

A veces miro debajo de la cama, para descartar que haya polvo algún monstruo y continúo durmiendo. Pero otras veces no consigo dormir más y es cuando empiezo a hacerme preguntas trascendentales, como por ejemplo: ¿qué manicura me haré la semana que viene? ¿cuál será la canción del verano? ¿los androides cuentan ovejitas eléctricas cuando no pueden dormir? Cuando comprendo que no voy a ser capaz de resolver esos enigmas de la vida moderna y asimilado que no podré dormir más, escribo.
Huelga decir que este relato no es una crítica hacia la capital del reino; de hecho, considero que invertir mi insomnio en escribir es una buena idea. Ya lo dice el refranero popular español, no hay mal que por bien no venga. A esas horas intempestivas, con las neuronas todavía semi alineadas, en vez de estar desasistida intelectualmente, estoy muy creativa sembrada. Escribir siempre es bien; da igual la hora.

Y si la contraprestación por vivir en la ciudad del oso y el madroño, es aprender a llevar con orgullo y dignidad las ojeras de oso panda, acepto el reto. Tengo un antiojeras de la marca NYX estupendo (NYX no me paga por mencionarlo en este transitado blog, de hecho me cobra). Además, me chifla el café muy cargado y los fines de semana practico el deporte nacional: beber la siesta.
P.D.: quiero tranquilizar a familiares y amigos, ya sabéis que mi imaginación es infinita y que lo aquí escribo muchas veces es el fruto de ella (y/o de sustancias psicotrópicas el insomnio).
Ay amiga. Es que, ¡qué bien se duerme en el norte!
Y esto te lo digo como residente perpetuo de la meseta peninsular. Lo que le da más valor a la afirmación, dado que no me une a ella ningún vínculo afectivo por nacimiento.
Vayámonos todos los fanes al norte, a ver si así acabamos con el insomnio que nos atormenta a unos cuantos.
¡¡¡VIVA!!!
Es cierto que » Como se duerme en el norte» Pero…. «como vive en Madrid la juventud» Soy amante de todas las cosas que dices querida Palo pero a veces, también compensa pasar un poco de calor o volverte loca en agosto y no saber en donde meterte (lo he vivido) por disfrutar todas esas cosas y son muchas que ofrece esa maravillosa capital. Coruña es un paraíso, Madrid es único!!!Besazo y que suerte que puedes venir a dormir cuando estes muy falta de sueño jeje