LA SUERTE DE LA FEA.

La guapa la desea.

Eso es así. Ser guapa es un suplicio, no podemos ir por la calle sin pararnos en cada espejo a contemplarnos, por lo que siempre llegamos tarde a nuestras citas; en el control del aeropuerto SIEMPRE nos cachean (una vez los policías se pelaron por ver quién me cacheaba y perdí el avión); a veces, nos cuesta engordar y tenemos que pasarnos temporadas comiendo donuts y bebiendo cerveza; nos duele la cara simplemente por ser guapas; nadie nos valora por nuestra inteligencia suprema; y para colmo, ser guapa es carísimo… yo me gasto mucho dinero en ropa porque ¡todo me queda bien!

Por eso envidio a las feas.

Las feas tienen (tenéis) muchos amigos verdaderos del género masculino. Una fea no intimida a los hombres y estos están cómodos a su lado, no tienen que hacer ningún papel de ‘machote’. Son tal cual, sin trampa ni cartón. Sin embargo, delante de una guapa los hombres se sienten inseguros. Mis propios amigos me lo han confesado.

Bueno, en realidad no tengo amigos verdaderos porque todos están enamorados de mí.

A las guapas los hombres se nos acercan por nuestra cara bonita y nuestro cuerpazo escultural, es como a los ricos, que solo les quieren por su dinero. Sin embargo, en las feas buscan algo más, ya que una fea puede tener el efecto sorpresa y ser muy bella en su interior (a menos que sea sábado a las 6 de la mañana, ahí hay que aprovechar tener cuidado).

Las guapas tenemos que madrugar, lo dice la vecina rubia y lo que dice esta señora va a Misa (menos mal que a las guapas las ojeras nos quedan bien).

El día que una fea estrena ropa o se maquilla un poquito, la gente lo nota y le dice ¡qué guapa estás! A las guapas eso no nos sucede porque, nos pongamos lo que nos pongamos, ¡siempre estamos guapas! No sabéis lo triste que es que NUNCA nadie te vea aun más guapa el día que estrenas pintalabios.

Se da por hecho que una fea es inteligente. O lo que es lo mismo, de entrada no van a pensar que eres #tontalculo porque eres guapa y no se puede tener todo.

Todo el mundo quiere salir al lado de una fea en las fotos y lejos de una guapa. Y es que las guapas salimos bien hasta haciéndonos un selfie con la cámara frontal del móvil y sin filtros de perritos.

Así que ya lo veis… Nadie dijo que ser rubia guapa fuera tarea fácil. Me pregunto cuánto tiempo podremos aguantar sin vendarnos la cara para salir a la calle…