… O la excusa para que tu casa siempre tenga alma de fiesta.
Esto es más de lo que mi corazón de melón puede soportar!! Una mesa que está suspendida en el aire con la simple sujeción de unos globos!! 🙂
El caprichito cuesta la moderada cantidad de 8.000 € aprox. y el diseño es de Duffy London.
También la hay en color dorado, perfecta para ver ‘Los Globos de Oro’ (lo siento, tenía que colar algún chiste de rubia para que no os olvidéis de mi magnífico humor).
Por supuesto, he tenido que inventarme mi propia historia sobre esta mesa:
Siempre he sido un poco sentidiña; me refiero a que le cojo cariño a cosas, como por ejemplo a mi huevito coche (con ‘cariño’ quiero decir que le doy los buenos días y por las noches le digo que descanse y le doy un beso en el volante (soy un poco descarada, lo sé)), también le tengo cariño a un edredón pequeñito que tengo desde que nací, allá en la posguerra, o a mi hermano (aceptamos hermano como ‘cosa’?). Por eso, por el cariño que le cojo a las ‘cosas’, toda la vida me he preguntado, con pena, a dónde iban a parar esos globos rebeldes que se escapan cielo arriba, de las suaves manitas de los niños pequeños; dónde duermen? estarán pasando frío? habrá un mundo paralelo lleno de globos, gomas del pelo y calcetines desparejados..? NO! El enigma de los globos rebeldes está resuelto porque son las ‘patas’ de estas mesas. Que alegría, otra cosa menos que me quita el sueño.
En próximas entregas analizaremos el enigma de las gomas del pelo y los calcetines desparejados.