PÁJAROS EN LA CABEZA.

Una de mis tantas expectativas al hacer deporte, es intentar sostener con dignidad y durante todo el entrenamiento, el pulido moño con el que siempre entro en el gimnasio. Un moño impoluto, comparable al que llevan las niñas de 7 años a ballet y que ellas consiguen mantener impecable durante TODA la clase. Da gusto ver ese moñito inmaculado cuando salen todas danzarinas de su actividad.

Pero la realidad es otra, por lo menos para mí, que entro en el gimnasio con la cabeza muy alta y aunque salgo tan danzarina como las bailarinas de ballet, por el subidón de endorfinas, mi moño bien podría confundirse con un nido de golondrinas.

Renee delays very, very bad signs of ageing with 'sandblasting facial' |  London Evening Standard | Evening Standard

Un nido de golondrinas que se despliega en cuanto empiezo a ejercitarme y a sudar brillar. Un nido de golondrinas formado por esos pelitos nuevos, pelitos bebés que afloran a su antojo y enmarcan mi cara, dándome el aspecto de un sapo asmático que intenta en vano atravesar el Amazonas a contracorriente.

Imagen-animada-Rana-116.gif (163×160) | Sapos y ranas, Imagenes animadas,  Anfibios

Esto os lo cuento porque las terrazas ya empiezan a estar llenas de personas en manga corta tomándose refrigerios. Planazo, sí. Pero eso me ha hecho darme cuenta de que aunque digan que el deporte más completo es nadar, yo creo que el deporte más completo es salir del gimnasio a las 8 de la tarde y sortear las numerosas terracitas que están de camino a casa para que nadie me identifique, ni me señale diciendo: «Palo, ¡tienes la cabeza llena de pájaros!».

Hoy he superado la prueba y he conseguido ir a las 7:30 de la mañana (a esas horas las terrazas están todavía vacías), pero me ha costado madrugar. Y por mucho que digan que ‘A quién madruga, Dios le ayuda’, no sé yo hasta que punto es eso cierto, mirad a las gallinas, que son muy madrugadoras y al final acaban en un horno dando vueltas. Yo no creo que pueda mantener estos madrugamientos muchos días seguidos, así que como dice Gustavo Adolfo: «Volverán las oscuras golondrinas» y yo seguiré sorteando terrazas a las 8 de la tarde luciendo con la mayor dignidad posible el nido de mi cabeza.

Me pregunto dónde estará mi bailarina de ballet niña interior. Supongo que hasta el moño de mí y mis cavilaciones.

Niña se roba el show bailando con actitud on Make a GIF

2 respuestas a «PÁJAROS EN LA CABEZA.»

  1. Has vuelto (como las oscuras golondrinas)!!!
    Es un ejercicio estupendo que yo practico cada tarde a eso de las 16:00, por aquello que de la gente todavía sigue en sus opíparas comidas.
    En mi caso no es por llevar nidos en la cabeza (entre otras cosas porque tengo un pelo que va por libre, y además suelo llevar siempre algún tipo de gorra), sino porque me da miedo ir de terraza en terraza, perdiendo así la tarde, y mi mala salud de hierro.

  2. Palo, me encanta tu nueva entrada en el blog!! Totalmente identificada contigo. A pesar de mi mucha más edad, yo también sorteo las terrazas no al venir del gimnasio pero si al venir de la playa jeje Tu nunca tendrás un nido de golondrinas porque, tienes unas melena maravillosa que aunque el moño vaya descolocado, pronto puede volver a «lucir al viento» y aunque pasen los años, siempre mantendrás la dulzura de la infancia. Vuelve a hacernos pronto un regalo como este, yo ya lo estaba esperando

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