Mi amiga Julieta, anoche: “no sé nada de él desde hace tres días”, “ha subido un Stories comiendo con una amiga”, «Qué horror, moriré soooola”.
Yo, paquete de palomitas y copa de vino en mano escuchando el drama.
Julieta, copa(s) de vino en mano: “Lleva toda la tarde En línea, ¿con quién estará escribiéndose?”, «Es un desgraciao, no vuelvo a quedar con él».
Hoy por la mañana Julieta se ha despertado con los ojos hinchados de tanto lloriquear y con el estómago del revés de tanto empinar el codo vino pa’rriba, vino pa’bajo, que ríete tú de unos caballos sedientos bebiendo de un abrevadero después de galopar en las Carreras de Sanlúcar. Se ha puesto en Spotify una Playlist que se llama: ”Tragedias, dramas y despedidas” en la que abundan temas de Alex Ubago, Ismael Serrano y Quique González. Me llama y me dice entre balbuceos “sigo sin saber nada de él, ni mensaje de emergencia a las 6.00 a.m. ¿lo ves normal? Ahora sí que se ha acabado. Cabrón”
Yo, que se supone que debo decirle algo del tipo «Pero a dónde vas tú con ése, con lo mucho que vales y lo poco que te merece, y que BLABLABLA». No. Yo, que estoy engordando de tanto quedar los domingos con amigas para arreglar el mundo nuestros mundos sentadas en un sofá con helado y pizza, le digo: “Señora, desahógate todo lo que necesites, pero mi sapiencia femenina me dice que te va a escribir y en cuanto lo haga vas a caer, como nos pasa a tod…” RINRIN!!
Julieta: “Mensaje, es ÉL! (descarga eléctrica, sonrisita y después, grititos de alegría)”.
Ya lo sabía yo. La montaña rusa del amor, una ensalada emocional en la que puedes estar en la cima del Everest comiéndote una bella y dulce mariposa que te acaricia el estómago y, sin saber cómo, de repente te ves vomitando gusanos en el fondo de un pozo. Hablando de ensaladas, ahora Julieta está con dos rodajas de pepino en los ojos, tamborileando los dedos mientras suena de fondo ‘My Sharona’, a ver si se le baja la hinchazón ocular antes de quedar con ‘su’ Romeo.
Nos encanta vivir (d)el cuento. Tener mariposas. Vibrar, flotar y ‘cuelga tú, no, cuelga tú’. Pero un día llegan los gusanos. Y los escupes. Hasta que no te queda ninguno. Juras no volver a jugar con bichos. Pero sin darte cuenta, otra vez las mariposas. Y piensas: aunque solo sea por curiosidad, hay que jugar… que aunque la curiosidad mató al gato, nadie dijo nada de las mariposas.
Así que, como decía Joaquín Prats: A JUGAAAAAAR (niños, puede que esta referencia no la entendáis por razones generacionales).
((Hoy estoy sembrada un poco intensa, será que estoy bajo la influencia de Venus. O eso dice Esperanza Gracia)).
Me encanta y lo comparto totalmente!!!! Pero siiii hay que seguir jugando una y otra vez, en alguna de ellas dejarás de escupir gusanos….
Ya lo decía Matías Prats: A JUGAAAAAR!