El viernes pasado, después de tres horas con el radar de prendas cool activado de compras por Londres con mi amiga CrisCus, terminamos un poco saturadas. Nos agotó tanto mercadillo, tanta tienda vintage y tanto “look left/look right” en los pasos de cebra (bueno, es que no os he contado, EN LONDRES CONDUCEN AL REVÉS!!).
Queríamos ir a comer algo de gordas rico, y mientras pensábamos a dónde ir, descubrimos que Adán y Eva viven en Londres. “Estás loca, Palo, deja de ingerir sustancias psicotrópicas aprovechando que vas a los extranjeros”, pensaréis. Pues os equivocáis, pequeños padawanes y puedo demostrar con una simple foto, que ni estoy loca ni consumo sustancias raras. ¡TACHÁN!:
Yo esto lo comunico al Ayuntamiento de Londres City Hall y mañana estoy en la BBC, os lo digo. Y ahora que ya me creéis, os cuento:
¿Os acordáis de cuando Adán y Eva vivían en el paraíso, pero apareció la serpiente tentadora, Eva probó la manzana y BLABLABLA? Yo no, obviously, porque no había nacido. Pero se ve que eso ocurrió. Y también se ve que #AdánYEva, que son inmortales, evolucionaron y se han adaptado a nuestros tiempos de maravilla.
Adán es un hípster que se dedica al diseño gráfico, aunque él se define como ‘diseñador poético’. A Eva le dan ganas de cruzarle la cara cuando su compañero de aventuras desde el sexto día de la Creación cuenta esa cursilería, pero ‘hay que quererlo’. Adán va en bici de piñón fijo a trabajar, aunque le cuesta y va a su ritmo porque tiene ‘algo’ en las costillas. Y es que al parecer, antes de conocer a Eva, tuvo un problema con el “look left/look right”, lo atropellaron y le rompieron una costilla. Dicen que Eva acudió de la nada en su ayuda y el resto ya es historia. Desde aquí le mando a Adán todo mi apoyo y solidaridad, es un lío lo de los pasos de cebra londinenses.
Al llegar a la agencia en la que trabaja, Adán siempre se para en la cafetería a tomar un café americano grande con doble shot de espresso, leche de almendras vaporizada y stevia mientras lee el último ejemplar de la revista Vice.
Eva es copywriter en una agencia de publi e ‘it girl’ (lo pone en su Linkedin). Su día empieza a las 7:00. Si no le da mucha ‘flojera’ sale a correr, casi siempre le da ‘flojera’. Llega (tarde) a trabajar y no sale hasta las 20:00h. Cuando llega a casa, Adán hace la cena, ven alguna serie en Netflix y se queda dormida antes de que termine el capítulo. Los sábados tiene clase de sueco, no sabe cuando utilizará el idioma, pero hay que estar preparada para todo.
A la hora de vestir, le encanta mezclar estilos y no duda en combinar sus tattoos con jerseys y camisetas de rayas, construyendo así un look marinero reinventado. Su plan preferido es una bandeja de sushi, sus amigos y la película de Amélie: “Hay combos que, definitivamente, son perfectos”, dice (también es un poco cursi). En su armario tampoco faltan las camisas blancas, ya que, según cuenta en su blog: “Es una prenda concebida tanto para el asfalto urbano como para una excursión al campo o para un enlace aéreo”. Tú a tu rollo, Eva.
Adán y Eva viven en el barrio de Shoredich. Este año, han decorado el árbol de Navidad de su casa haciendo adornos de papel. Les encanta la papiroflexia.
Son veganos y tienen un huerto en el patio de casa al que llaman El Jardín del Edén (tienen morriña de los viejos tiempos). Ahí plantan perejil, romero, cebollas, tomates, pimientos rojos y lechuga iceberg.
Ambos se dan sus pequeños caprichos. Adoran la fruta (en especial las manzanas), la verdura y la comida asiática. De vez en cuando piden online semillas de marihuana a una headshop llamada El Fruto Prohibido. Les encanta ir a obras de teatro independiente. Sus favoritas: las de Wes Anderson. Ayer estuvieron en un concierto de Pink Floyd y después se tomaron unas cervezas por su barrio, el gin tonic ya ha perdido su gracia y encima ahora cualquiera cree que sabe prepararlos.
Y esta es la historia, amiguis. Adán y Eva, más frescos, modernos y subcontemporáneos que nunca, viven en Londres.
Ay, Londres… A veces lo hecho de menos, mi Crystal Palace y mi Brixton. Trabajé casi cinco cursos en Phoenix High School, en White City, un instituto la mar de «divertido»… Veo que sigue sin haber lugar para el aburrimiento. Enjoy!