Tengo un troll en guasap. La noche del martes no dormí bien; me fui a la cama borracha de brownie con nueces y me pasé la noche soñando que yo era una taza recuerdo de NY. Total, que el miércoles me desperté de buena mañana con la cara de Rosi de Palma un poco cansada.
Al coger el móvil para apagar la alarma vi que tenía un guasap de un número desconocido. La conversación era la siguiente:
– Olaaaa, k taaal???
– No contestas?
Y yo, como hace poco que cambié de móvil, COMETÍ EL TREMENDO ERROR DE PREGUNTAR «Quién eres?»; ahí empezó el monólogo de, llamémosle, el 603XXXXXX
– Kien eres tuuu??
– Que con esa foto no te reconosskooo
– Eooo, no kontestaS?
– T suena el nombre d ady mundialo?!
– Oyeeeee!!
– Si… Parece ser k lo conces bastante
-Jejejejejeje!!!
– Cuando puedas me dices algo…
– ……………
– Xk n se ve ala hora k stas en linea? Gaxona.
– K te pasa k no cntestas?
-Tas mareao.
-…………………..
-Kitate las gafas anda haver si t spabilas (esta ‘frase’ me hizo apretar los ojos muy fuerte).
-O ske no tienes manos.
-Cntsta prinsesa.
El tema es que cuando 1 hora más tarde leí el recital, hasta me hizo gracia y tuve ganas de responderle «Ola k ase, tu te aburre o k ase?», pero al final tomé la sabia decisión de castigar a 603XXXXXX, con el látigo de la indiferencia y me dediqué a trabajar, que para eso me pagan.
A lo largo de la mañana, 603XXXXXX siguió con su auto-conferencia y cuando la leí, la gracia empezó a convertirse en vergüenza ajena, lo cuál me hizo reflexionar (sí, sí, soy rubia, pero a veces reflexiono) ¿por qué hay gente tan ridícula? ¿Cómo es posible que haya personas que marquen números al azar para intentar mantener una conversación de guasap?, ¿no tienen amigos?, ¿no sería más eficaz que se comprasen un polo de Mayoral?
Lo peor de todo es que la gente ridícula no es una especie en peligro de extinción. La misma vergüenza ajena siento cuando estoy manteniendo una conversación con alguien y, sin venir a cuento, dicen una palabra en inglés/francés con un desmedido acento inglés/francés. Ya sabemos todos que eres trilingüe, que has estudiado en Cambridge (léase con acento desmesurado) y que no brindas con champán, sino que brindas con Xaaampagne Veuve Clicquot (léase también con acentazo). En estas situaciones suele despertarse mi ‘yo’ macarra:
(Por cierto, ahora lo que se lleva es brindar con Estrella Galicia, así ya no hay lugar a ridiculeces al pronunciar marcas extranjeras).
También siento vergüenza ajena cuándo voy al gimnasio y, como ya dije en Twitter, me encuentro con el siguiente percal:
Y, ¿sabéis qué es lo peor de todo? que pasemos vergüenza nosotros mismos, cuándo quién está haciendo el ridículo es la persona de al lado.
Aquí os dejo un ejemplo para haceros sentir de primera mano este fenómeno:
Muy bonito el cenicero que sujeta la cámara. Y ahora que lo pienso… A lo mejor la persona que me escribió los guasaps no había marcado un número al azar, sino que vio en YouTube mi vídeo buscando novio y le gusté es un admirador secreto con una ortografía exquisita!
Y vosotros, ¿tenéis admiradores secretos? ¿vais al gimnasio maquillados?, ¿le dais a Me Gusta a vuestros propios vídeos buscando pareja?, ¿brindáis con XAAMPAAANN?
Un besito muy fuerte…. y te quiero.
Nunca escribo, en este, tu transitado blog, pero hoy tengo que darte las gracias porque, aunque me haces reír siempre, ese vídeo de La Leti, me ha alegrado el día. Gracias rubia!
Pero que ilusión!! Mil gracias a ti que me acabas de alegrar la semana, y eso que todavía es martes! 🙂